LA DEUDA PUDO EVITARSE (Reportaje)

México, D. F., a 19 de octubre de 2011.-Un diagnóstico financiero de la Secretaría de Hacienda adjudica la crisis financiera del estado a que los créditos se usaron para gasto corriente en vez de infraestructura productiva, que es lo que genera riqueza.

Por Agustín Ambriz

El quiebre financiero que hoy padece el estado (de Quintana Roo) por una deuda global de 10 mil 200 millones de pesos, se produjo técnicamente en diciembre de 2010 cuando la XII Legislatura Local autorizó al gobierno de Félix González Canto un endeudamiento de corto plazo por 2 mil 600 millones de pesos que deben pagarse en noviembre entrante y no hay recursos para cumplir.
Lo anterior se desprende del análisis financiero realizado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHyCP) a propósito de la “alarmante” deuda pública que ubica a Quintana Roo en la lista de los estados más endeudados, al lado de Sonora. El documento, al cual tuvo acceso este semanario, precisa que la debacle financiera devino a partir de que esos 2 mil 600 millones de pesos se fueron a gasto corriente en vez de aplicarse en obra de infraestructura productiva.
“El problema real de que se haya gastado tanto dinero en gasto corriente y no se hubiera hecho ninguna obra productiva es que el estado está imposibilitado de hacer crecer sus ingresos como consecuencia del desarrollo económico de la entidad, ya que no está cumpliendo con la premisa de generar las condiciones para que este desarrollo económico se dé”, establece.
Las conclusiones a que llega la Secretaría de Hacienda son más que alertas rojas:
− La actual situación económica del estado hace que la deuda de corto plazo sea la más preocupante ya que se acercan los periodos de vencimiento y no hay liquidez para hacer frente a los pagos, mismos que deben empezar a realizarse a partir de noviembre de 2011.
− La deuda de Quintana Roo equivale al 5.3 por ciento del PIB estatal, lo cual la convierte junto con Sonora en las entidades más endeudadas del país.
− En 161.5 por ciento aumentó la deuda del Estado de Quintana Roo de 2009 a 2011.
− Más preocupante aún, es que la deuda equivale al 28 por ciento de las participaciones federales a las que tiene derecho Quintana Roo, lo que lleva el endeudamiento a niveles muy elevados y compromete recursos futuros de muy largo plazo.
Estas cifras −abunda el análisis−, suponen una alta presión a las cifras financieras del estado, especialmente siendo una entidad muy susceptible a los altibajos en las economías mundiales, al depender totalmente del turismo. Y también susceptible a gastos imprevistos por fenómenos meteorológicos. “No es conveniente que las finanzas estatales estén tan poco holgadas y sin márgenes de maniobra”, recomienda.
De acuerdo a las cifras de la Secretaría de Hacienda, la deuda de Quintana Roo asciende a 10 mil 200 millones de pesos, de los cuales 5 mil 400 millones son de deuda a largo plazo y 2 mil 600 millones a corto plazo, mientras que los otros 2 mil 400 millones es la suma de las deudas de los municipios que el gobierno estatal asume como aval.
A partir de estos números, desde principios de 2011 Quintana Roo obtuvo calificación baja de “A” (la óptima es “AAA”) por parte de las empresas calificadoras que ya para entonces advertían una perspectiva negativa en las finanzas del estado por el incremento en el pasivo a corto plazo y la falta de inversión en obras de infraestructura productiva.
La perspectiva negativa a la calificación crediticia de Quintana Roo se da en Diciembre de 2010 –precisa la dependencia−, cuando el Congreso del Estado le aprueba 2 mil 600 millones de pesos en deuda de corto plazo simplemente para el gasto operativo. El documento da cuenta que, “de enero a marzo de 2011 se había gastado ya la mayor parte del presupuesto para el gasto corriente”.
¿Tenemos salida? La dependencia federal considera que Quintana Roo puede reponerse de su difícil situación económica generando inversión productiva en el estado, lo cual implica sí, gastar mucho menos en gasto corriente pero principalmente generando más ingresos. Y eso sólo se logra con inversión pública productiva.
“El problema es que está muy endeudado, se tienen importantes presiones financieras por los créditos actuales y no se prevé que las participaciones federales se incrementen en el futuro. Todo lo contrario. De ahí que el mal gasto de recursos hoy pese demasiado”, sentencia.
El análisis financiero señala que una de las principales premisas del actual gobernador Roberto Borge Angulo es bajar el gasto corriente, se habla de planes de austeridad que van a permitir un ahorro de alrededor de 140 millones de pesos anuales.
“El problema es que la deuda a corto plazo es de 2 mil 600 millones, por lo que no se va a poder pagar con ahorros, necesariamente se va a tener que llevar a largo plazo, lo que implica que no se tenga dinero para obras de infraestructura productiva”.
Sin embargo, Hacienda determina que no hay más opción y que Quintana Roo requiere de reestructurar sus pasivos, “de lo contrario la presión financiera será muy difícil de sobrellevar”.
La dependencia federal evalúa las diferentes soluciones, con sus respectivas consecuencias, que podría asumir el gobierno estatal para hacer frente a los compromisos financieros pendientes:
− Una de las opciones es la reestructura bancaria, pretendiendo pasar a largo plazo los pasivos de corto plazo que hoy en día están por empezar a vencer y que caerán en cascada con vencimientos de 30, 60 y 90 días. Reestructurar también los pasivos de largo plazo que actualmente están en 18 años para buscar un crédito por 25 o 30 años.
− La otra salida es la bursatilización, que es un instrumento financiero al que pueden recurrir estados y municipios para financiar sus necesidades de inversión. Constituye Deuda Pública, en virtud de que se comprometen los ingresos futuros de la entidad.
Se trata de un mecanismo para obtener de manera anticipada los ingresos presupuestados por concepto de impuestos en el futuro. Consiste en emitir papeles en el mercado de valores para que el público inversionista los compre y con estos recursos financiarse.
Bajo este esquema, Quintana Roo evalúa dos posibilidades:
− La primera pretende basar la bursatilización de su deuda de corto plazo (2,600 millones de pesos ) con base en los ingresos que estima recibir en un futuro por concepto del Impuesto sobre Nóminas, del que se estima recaudar 480 millones de pesos en 2011. Por lo que a este nivel, se comprometería el 100 por ciento del ingreso por ISN por 6 años para pagar solamente este crédito.
− La segunda es la de bursatilizar toda la deuda pública estatal (10,200 millones) apoyado por la garantía de Banobras en un programa federal para apoyo a las entidades más endeudadas del país.
No obstante, se debe considerar que el efecto de la bursatilización también es de largo plazo (30 años) por lo que en ambos casos, las finanzas estatales comprometerían los ingresos propios y las participaciones por la administración actual y las 4 siguientes. De esta manera la posibilidad de que Quintana Roo pueda ejercer obra pública productiva en el futuro se ve mermada.
“En términos generales, los estados deben adquirir deudas solamente para la realización de obras públicas productivas. Ya que es la única forma de garantizar el retorno de la inversión y con ello tener la posibilidad de pagar. En el caso de Quintana Roo esto no ha sido así, se ha gastado, pero no se ha invertido el recurso que hoy se pretende bursatilizar”.
Limitaciones.
La perspectiva negativa en la calificación crediticia del estado lo limita en la obtención de mejores condiciones crediticias bancarias, pero también limitan la posibilidad de emisión de los instrumentos de deuda que se pretende llevar a cabo y por supuesto hace poco atractivos en el mercado los papeles que se llegaran a colocar, considera Hacienda en su diagnóstico.
En tales condiciones, una bursatilización no sólo será complicada de lograr, sino que también suponiendo que se llegue a emitir, será difícil de colocar. O se colocará a un precio elevado, lo que puede ser menos eficiente que la actual deuda bancaria.
Algunas de las problemáticas más sensibles del estado para lograr una bursatilización efectiva son: una alta deuda pública, compuesta además de muchos pasivos a corto plazo y contingentes, la falta de un control adecuado y balanceado del gasto público en comparación con la inversión productiva y la falta de controles administrativos que hagan eficiente la administración.
“La clave para una bursatilización exitosa sería que el gobierno no comprometa participaciones federales, sino sólo impuestos que compongan su ingreso propio”.
La bursatilización de la actual deuda de corto plazo, sostiene Hacienda, alivia la presión financiera del momento pero compromete a largo plazo los recursos, por lo que en el futuro, los ingresos del ISN serán para pagar deuda de corto plazo actual, lo que implica que se siga sin poder invertir en infraestructura con este recurso.
En cambio, la bursatilización del total de la deuda compromete no sólo los ingresos del ISN, sino también de otros ingresos propios del estado y las participaciones federales. Sin la posibilidad de inversión en infraestructura productiva, simplemente para pagar lo que ya se debe y que se gastó pero no se invirtió. En síntesis: no le genera mayores recursos al estado ni mejoras en la calidad de vida de la población.
El de Quintana Roo es un gobierno que ha incrementado importantemente sus niveles de endeudamiento, al pasar de mil 257 millones de pesos en 2005 a 10 mil 200 millones de pesos en 2010, cantidad que no se ve reflejada en infraestructura productiva dentro del territorio estatal.
FRASES
Es indispensable para la actual administración buscar la forma de reducir el gasto pero principalmente generar mayores ingresos, la única forma de hacer esto, es invirtiendo en infraestructura productiva. Por lo que el reto es lograr esto.
La bursatilización puede ser un camino, siempre y cuando los recursos que se obtengan sean suficientes y en condiciones de mejorar las condiciones de la deuda actual y que estos estén etiquetados para obras publicas productivas exclusivamente.
Los recursos que hoy en día se tienen etiquetados para el servicio de la deuda, y que son del orden de 401.6 millones de pesos para 2011 también deben ser reorientados a infraestructura. El reto es vigilar que se invierta y deje de gastarse en Quintana Roo, de lo contrario la situación financiera será cada día más difícil.
Adicionalmente, se han anunciado medidas como la eliminación de la tenencia vehicular que pondrán más presión a las finanzas públicas estatales y dejarán con menores posibilidades la bursatilización con ingresos propios, debiendo utilizar las participaciones federales para lograrlo.