DELFINO HERNANDEZ JIMENEZ
COLUMNA 11 DE NOVIEMBRE
Un fenómeno que debe de ser completamente desagradable para los alcaldes salientes (los que si trabajaron), es el vertiginoso cambio en su imagen que por tres años lucharon por conservarla y que ante la falta de recursos al no depositarles las participaciones federales y solo darles migajas los ha convertido ante los ojos ciudadanos que desconocen el fondo de la olla al enterarse que no les pagan a tiempo a los trabajadores, en auténticos ladrones.
Lo que si entiende la gente es que ningún dinero alcanza en los Ayuntamientos para atender todas las demandas de su municipio. De ahí que usted vea la queja generalizada que los presidentes municipales no se encuentran en su oficina, ante la práctica de gestión que se ha hecho indispensable y que para algunos alcaldes tocar puertas en México o Xalapa les ha funcionado. En la zona centro existen como el caso planteado algunos ejemplos.
En Cuichapa, su presidente municipal Carlos Sotelo Lezama, es hasta el momento uno de los mejores gestores que ha tenido el municipio con más de 75 millones de pesos gestionados en los tres años de su administración, aunque esto conlleva el sacrificio de no haber calentantado la silla municipal tal y como lo quisieran algunos de sus detractores, obstaculizadores del progreso.
Sin embargo, la falta de liquidez en el pago a los empleados está a punto de colapsar a este Ayuntamiento. A los trabajadores de confianza municipales, incluyendo a los ediles, les adeuda 3 quincenas y va la cuarta y no hay para cuando se les cumpla sus percepciones, esperan el depósito por la Secretaria de Finanzas de sus participaciones federales.
Pero bueno sería mencionar lo positivo de este munícipe. En el primer año de gestión aparte de su escaso presupuesto logró hacer obra pública por más de 13 millones de pesos, mientras en el 2009 creció en la gestión a 21 millones y este último año duplicó en 42 millones en puentes y carreteras.
Otro de los alcaldes que de la noche a la mañana la falta de dinero en el pago a sus trabajadores le cambio el rumbo de su administración es el de Carrillo Puerto, Álvaro Cruz Moreno. Tipo serio en sus compromisos, Don Álvaro Cruz llevaba record en su desempeño ganando el respeto a pulso, pero el gran favor del recorte presupuestal hizo que los trabajadores le tomarán el palacio municipal, ahora sí que sin deberla ni temerla.
Como estos casos hay varios, la situación financiera de los Ayuntamientos priistas está en la peor crisis de su historia. Muchas veces se hablaba del recorte en participaciones, pero nunca en que no llegaban los recursos, nunca en que no había ni para el pago de la energía eléctrica, nunca en que se suspendía la llegada del FISM y FAFM.
Esto no puede continuar. La situación financiera en Veracruz es grave; el gobierno saliente debe dejar saneadas sus finanzas para que Javier Duarte pueda iniciar su administración sin mayores problemas, de lo contrario, como afirmó en días pasados el Diario el Economista la administración se les puede ir de las manos.
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