Por José Martínez * -México, D. F., a 20 de diciembre de 2011Tres de los más importantes intelectuales de México coinciden en un mismo punto: Enrique Peña Nieto no está preparado para gobernar el país.
En el Palacio de Bellas Artes durante un homenaje póstumo al escritor Fernando Benítez, el poeta y ensayista José Emilio Pacheco –una de las glorias nacionales de nuestra cultura– fue contundente: este tipo de políticos, sin lecturas ni lenguaje, son consecuencia del deterioro del periodismo cultural, cada vez más ausente, en los medios actuales.
Ya antes el novelista Carlos Fuentes en una entrevista con la BBC Mundo, opinó que Peña Nieto no tiene derecho a ser Presidente de México a partir de la ignorancia. “Los problemas exigen un hombre que pueda conversar como par con Barack Obama, Ángela Merkel o Nicolás Sarkozy, y no es éste el hombre capaz de hacerlo”, dijo el escritor.
El historiador Enrique Krauze en una entrevista con la cadena de televisión CNN expuso que Peña Nieto carece del “dominio de ciertas tablas”, carece de visión de Estado y hasta de sentido del humor.
“México –recordó Krauze– tenía una buena clase política en el siglo XX, la tuvo en muchos momentos, pero esto no tenía nada que ver con el número de libros que leían... tenía que ver con el compromiso, con la claridad, con la vocación política, con un sentido de la realidad y con el conocimiento del país tal como es… Por ejemplo Lázaro Cárdenas no era culto, creo que no terminó la primaria, y fue uno de los presidentes más extraordinarios de México. Yo no creo que tener grados universitarios sea una garantía de ser un hombre cultivado ni tampoco de ser un gran político”.
José Vasconcelos con ironía solía decir que “la civilización termina donde comienza la carne asada”. El aforismo podría actualizarse: “la cultura termina donde comienza la cuna del chorizo”. O bien la expresión puede aplicarse a Quintana Roo donde “la cultura acaba con el gobernador Twitter”.
Si bien José Emilio Pacheco considera que el tipo de políticos como Peña Nieto, sin lecturas ni lenguaje, son consecuencia del deterioro del periodismo cultural, existen muchos políticos, especialmente algunos gobernadores, que son consecuencia del deterioro del periodismo que se ejerce en muchos estados del país; medios de comunicación subordinados a intereses políticos y económicos de los gobernantes en turno, una prensa servil supeditada a las mezquindades del poder.
Pongamos ejemplos ilustrativos: en Quintana Roo la prensa –salvo alguna excepción– recibe órdenes del gobernador Roberto Borge. Tan es así que el presidente del PRI, Pedro Joaquín Coldwell está vetado de los medios quintanarroenses.
Cuando Enrique Peña Nieto fue registrado como candidato del PRI a la Presidencia de la República, en ningún medio de Quintana Roo se publicó la fotografía de este candidato con Pedro Joaquín Coldwell, pero eso sí, en las portadas de los medios aparecía un sonriente Roberto Borge abrazando a Peña Nieto. ¡Qué horror!
Para nadie son un secreto las pugnas de Roberto Borge y su antecesor Félix González Canto con Pedro Joaquín Coldwell. Político al fin –y con su imponderable experiencia diplomática y su reconocida educación– el líder del PRI es de los que saben perdonar, pero de los que no olvidan.
Ahí están los agravios a su padre Nassim Joaquín Ibarra y aún para tratar de ensuciar su liderazgo, Borge y González Canto han urdido algunas trampas para involucrar a uno de los hermanos de Pedro Joaquín Coldwell en delitos penales y para ello, desde luego, cuentan con una prensa servil.
El gobernador Borge ha filtrado a sus empleados en los medios la noticia de que el candidato presidencial va a pasar la Navidad y el fin de año en Cozumel y Cancún. Que los anfitriones de tan “honrosa” visita serán el propio Roberto Borge y su antecesor, socio y amigo Félix González Canto, con sus respectivas familias. ¿Será?
El hecho es que lo único que une a Peña Nieto con Roberto Borge y Félix González Canto es su adicción a las redes sociales. Los tres están atrapados en el Twitter y el Facebook.
Como bien apuntaba José Emilio Pacheco, el deterioro de los medios de comunicación son responsables de los políticos que tenemos.
Mientras haya una prensa servil habrá gobernadores nefastos como Roberto Borge o su antecesor Félix González Canto, que debería estar tras las rejas. No debe imperar la impunidad ante hechos irrefutables. Ahí está el caso del gober precioso ante el abuso de poder con la periodista Lydia Cacho.
Una prensa crítica como la de Chiapas pudo llevar a la cárcel a un gobernador nefasto como Pablo Salazar Mendiguchía. En Veracruz, Fidel Herrera Beltrán y en Oaxaca, Ulises Ruiz sometieron a una gran mayoría de los medios a base de corrupción. En Quintana Roo esta situación es insostenible. Una de las prensas más corrupta está en el Caribe mexicano, que salvo sus honrosas excepciones es digno de ponderar.
Poder, sexo y prensa es un peligroso coctel que impera en Quintana Roo. Félix González Canto debe rendir cuentas, el gobernador Roberto Borge lo encubre. No sólo endeudó al estado, sino hay crímenes de por medio por los que debe responder. Pero en lugar de salir a responder para aclarar sus crímenes, gobernador y ex gobernador manipulan y utilizan a los medios para emprender una de las más sucias y ruines campañas en la prensa servil, caracterizada por su bajeza sin precedentes. Dignos de un periodismo carroñero. Con un vocero ligado a los cárteles de la droga. Esa es su política de comunicación social.
Políticos trogloditas que desconocen que una de las principales políticas públicas de un gobierno debe ser la libertad de expresión, porque la libertad de expresión es un derecho y la calumnia y la injuria son delitos.
Bien lo dice el escritor José Emilio Pacheco, el deterioro de los medios de comunicación hace responsables a éstos de tener políticos como Enrique Peña Nieto y gobernadores nefastos como Roberto Borge, quien alienta desde el poder a la prensa negra, a la que actúa por órdenes desde la oscuridad y las tinieblas del poder. Simplemente la prensa servil al servicio de un gobernador.
En el Palacio de Bellas Artes durante un homenaje póstumo al escritor Fernando Benítez, el poeta y ensayista José Emilio Pacheco –una de las glorias nacionales de nuestra cultura– fue contundente: este tipo de políticos, sin lecturas ni lenguaje, son consecuencia del deterioro del periodismo cultural, cada vez más ausente, en los medios actuales.
Ya antes el novelista Carlos Fuentes en una entrevista con la BBC Mundo, opinó que Peña Nieto no tiene derecho a ser Presidente de México a partir de la ignorancia. “Los problemas exigen un hombre que pueda conversar como par con Barack Obama, Ángela Merkel o Nicolás Sarkozy, y no es éste el hombre capaz de hacerlo”, dijo el escritor.
El historiador Enrique Krauze en una entrevista con la cadena de televisión CNN expuso que Peña Nieto carece del “dominio de ciertas tablas”, carece de visión de Estado y hasta de sentido del humor.
“México –recordó Krauze– tenía una buena clase política en el siglo XX, la tuvo en muchos momentos, pero esto no tenía nada que ver con el número de libros que leían... tenía que ver con el compromiso, con la claridad, con la vocación política, con un sentido de la realidad y con el conocimiento del país tal como es… Por ejemplo Lázaro Cárdenas no era culto, creo que no terminó la primaria, y fue uno de los presidentes más extraordinarios de México. Yo no creo que tener grados universitarios sea una garantía de ser un hombre cultivado ni tampoco de ser un gran político”.
José Vasconcelos con ironía solía decir que “la civilización termina donde comienza la carne asada”. El aforismo podría actualizarse: “la cultura termina donde comienza la cuna del chorizo”. O bien la expresión puede aplicarse a Quintana Roo donde “la cultura acaba con el gobernador Twitter”.
Si bien José Emilio Pacheco considera que el tipo de políticos como Peña Nieto, sin lecturas ni lenguaje, son consecuencia del deterioro del periodismo cultural, existen muchos políticos, especialmente algunos gobernadores, que son consecuencia del deterioro del periodismo que se ejerce en muchos estados del país; medios de comunicación subordinados a intereses políticos y económicos de los gobernantes en turno, una prensa servil supeditada a las mezquindades del poder.
Pongamos ejemplos ilustrativos: en Quintana Roo la prensa –salvo alguna excepción– recibe órdenes del gobernador Roberto Borge. Tan es así que el presidente del PRI, Pedro Joaquín Coldwell está vetado de los medios quintanarroenses.
Cuando Enrique Peña Nieto fue registrado como candidato del PRI a la Presidencia de la República, en ningún medio de Quintana Roo se publicó la fotografía de este candidato con Pedro Joaquín Coldwell, pero eso sí, en las portadas de los medios aparecía un sonriente Roberto Borge abrazando a Peña Nieto. ¡Qué horror!
Para nadie son un secreto las pugnas de Roberto Borge y su antecesor Félix González Canto con Pedro Joaquín Coldwell. Político al fin –y con su imponderable experiencia diplomática y su reconocida educación– el líder del PRI es de los que saben perdonar, pero de los que no olvidan.
Ahí están los agravios a su padre Nassim Joaquín Ibarra y aún para tratar de ensuciar su liderazgo, Borge y González Canto han urdido algunas trampas para involucrar a uno de los hermanos de Pedro Joaquín Coldwell en delitos penales y para ello, desde luego, cuentan con una prensa servil.
El gobernador Borge ha filtrado a sus empleados en los medios la noticia de que el candidato presidencial va a pasar la Navidad y el fin de año en Cozumel y Cancún. Que los anfitriones de tan “honrosa” visita serán el propio Roberto Borge y su antecesor, socio y amigo Félix González Canto, con sus respectivas familias. ¿Será?
El hecho es que lo único que une a Peña Nieto con Roberto Borge y Félix González Canto es su adicción a las redes sociales. Los tres están atrapados en el Twitter y el Facebook.
Como bien apuntaba José Emilio Pacheco, el deterioro de los medios de comunicación son responsables de los políticos que tenemos.
Mientras haya una prensa servil habrá gobernadores nefastos como Roberto Borge o su antecesor Félix González Canto, que debería estar tras las rejas. No debe imperar la impunidad ante hechos irrefutables. Ahí está el caso del gober precioso ante el abuso de poder con la periodista Lydia Cacho.
Una prensa crítica como la de Chiapas pudo llevar a la cárcel a un gobernador nefasto como Pablo Salazar Mendiguchía. En Veracruz, Fidel Herrera Beltrán y en Oaxaca, Ulises Ruiz sometieron a una gran mayoría de los medios a base de corrupción. En Quintana Roo esta situación es insostenible. Una de las prensas más corrupta está en el Caribe mexicano, que salvo sus honrosas excepciones es digno de ponderar.
Poder, sexo y prensa es un peligroso coctel que impera en Quintana Roo. Félix González Canto debe rendir cuentas, el gobernador Roberto Borge lo encubre. No sólo endeudó al estado, sino hay crímenes de por medio por los que debe responder. Pero en lugar de salir a responder para aclarar sus crímenes, gobernador y ex gobernador manipulan y utilizan a los medios para emprender una de las más sucias y ruines campañas en la prensa servil, caracterizada por su bajeza sin precedentes. Dignos de un periodismo carroñero. Con un vocero ligado a los cárteles de la droga. Esa es su política de comunicación social.
Políticos trogloditas que desconocen que una de las principales políticas públicas de un gobierno debe ser la libertad de expresión, porque la libertad de expresión es un derecho y la calumnia y la injuria son delitos.
Bien lo dice el escritor José Emilio Pacheco, el deterioro de los medios de comunicación hace responsables a éstos de tener políticos como Enrique Peña Nieto y gobernadores nefastos como Roberto Borge, quien alienta desde el poder a la prensa negra, a la que actúa por órdenes desde la oscuridad y las tinieblas del poder. Simplemente la prensa servil al servicio de un gobernador.