Guadalajara, Jal., a 29 de marzo de 2012,- Es peligroso que en nuestro país la libertad de expresión esté entrando a una zona de crisis porque es la advertencia de que los demás derechos están a punto de ser conculcados y, de esta forma, se está empujando a México a un estado fallido, fue la conclusión a la que llegaron los integrantes de la Fundalex en el foro celebrado ayer en el Paraninfo de la Universidad de Guadalajara.
Tras un recorrido por la ocurrencia de ataques a los periodistas y medios de comunicación masiva en los últimos años, así como por el libertinaje con que actúan algunos, azuzados por el poder político en nuestro país, también se hizo un trazado por las amenazas a la libertad de expresión en países de América Latina como Ecuador, Venezuela, Colombia, Bolivia, Nicaragua y algunos otros.
Por este motivo, Armando Prida Huerta, presidente de la Fundación para la Libertad de Expresión expresó: “es una obligación defender la libertad de expresión. No queremos que nos ocurra como aquel fragmento atribuido al poeta alemán Bertold Bretch pero original del pastor protestante Martin Niemoeller que decía así: "Primero vinieron a buscar a los comunistas, y yo no hablé porque no era comunista. Después vinieron por los socialistas y los sindicalistas, y yo no hablé porque no era lo uno ni lo otro. Después vinieron por los judíos, y yo no hablé porque no era judío. Después vinieron por mí, y para ese momento ya no quedaba nadie que pudiera hablar por mí".
Empero, José Martínez, también dijo que para hablar de libertad de expresión se debe ser riguroso también con algunos periodistas y medios que en ocasiones abusan y se convierten en sicarios periodísticos al servicio del poder político o tienen mucho valor para tornarse en defensores de gobernadores y ex gobernadores como ocurre con varios casos dados a conocer por la Fundalex, como en Quintana Roo.
“Los medios y periodistas debemos estar dentro del sistema democrático y estar bajo el escrutinio público; no podemos pedir prebendas y canonjías mientras nosotros no cumplamos con ese papel que tenemos asignado. Los periodistas no somos un cuarto poder, somos un contrapoder y debemos ser unos centinelas de la nación, denunciando siempre los abusos del poder o irregularidades que se cometan, en aras de la democracia”, sentenció el escritor y periodista.
Al respecto, el maestro en Derecho y diplomático Humberto Hernández Haddad, presidente de la Comisión Jurídica de la Fundalex recordó que el papel del periodismo debe ser al servicio de la sociedad, ya que su esencia es la de ser una contraloría social para frenar precisamente los abusos del poder político.
La libertad de expresión es la llave que abre el ejercicio concurrente de todos los demás derechos; si un ser humano no tiene la libertad de pensar y expresarse, tiene perdidos todos los demás derechos. Es a partir de la capacidad de ejercer la libertad de pensamiento, una libertad de expresión, como los seres humanos pueden articular un catálogo de demandas culturales, económicas, sociales, religiosas, etc., y hasta el infinito, disertó Hernández Haddad.
Es conveniente recordar que la libertad de expresión está pasando a ser el termómetro que permite ir calculando la distancia o el funcionamiento eficiente del estado o la aparición de instituciones deficientes que conduce tarde o temprano al estado fallido, dijo el jurista, a la vez que alertó, sobre el peligro de que otros derechos fundamentales “pronto serán conculcados” por lo que la defensa de la libertad de expresión es “una defensa de los intereses vitales de la colectividad nacional, cuya personalidad jurídica somos todos y se llama Estado mexicano”.
Precisamente, en su participación para abrir el evento, Marco Antonio Núñez Valencia, presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) de la UdeG, lamentó que pese a ser Jalisco una entidad pionera en la transparencia y derecho a la información, recientemente una lamentable reforma la limitó y otorga facultades a la entidad obligada a brindarla, a decidir si se reserva el derecho a no de entregarla.
O en su caso, “si un ciudadano revela información considerada por las instituciones como reservada, puede incluso ser penado con cárcel. Esto, sin duda, es un nuevo atentado a la libertad de expresión y a nuestro derecho a saber qué hacen nuestros gobernantes, cómo lo hacen y por qué lo hacen; es una atentado a nuestro derecho a vigilar las decisiones públicas y se abre la puerta a la intimidación y a la cerrazón e inhibe la crítica”, expuso.
Finalmente, la investigadora Karla Valenzuela leyó una ponencia del investigador Ernesto Villanueva, donde recordó que a diferencia de los estados autoritarios, en los países democráticos es un deber ético del periodista brindar información veraz, exacta, equilibrada y completa, que permita a los habitantes tener la información a plenitud y poder ejercer su ciudadanía, que es base del funcionamiento de una democracia.
Los integrantes del panel hicieron también un llamado a los alumnos y funcionarios de la Universidad de Guadalajara a unirse en una cruzada para proteger la libertad de expresión desde las mismas aulas y hacer de ésta una práctica cotidiana que poco a poco permee en la comunidad.
Tras un recorrido por la ocurrencia de ataques a los periodistas y medios de comunicación masiva en los últimos años, así como por el libertinaje con que actúan algunos, azuzados por el poder político en nuestro país, también se hizo un trazado por las amenazas a la libertad de expresión en países de América Latina como Ecuador, Venezuela, Colombia, Bolivia, Nicaragua y algunos otros.
Por este motivo, Armando Prida Huerta, presidente de la Fundación para la Libertad de Expresión expresó: “es una obligación defender la libertad de expresión. No queremos que nos ocurra como aquel fragmento atribuido al poeta alemán Bertold Bretch pero original del pastor protestante Martin Niemoeller que decía así: "Primero vinieron a buscar a los comunistas, y yo no hablé porque no era comunista. Después vinieron por los socialistas y los sindicalistas, y yo no hablé porque no era lo uno ni lo otro. Después vinieron por los judíos, y yo no hablé porque no era judío. Después vinieron por mí, y para ese momento ya no quedaba nadie que pudiera hablar por mí".
Empero, José Martínez, también dijo que para hablar de libertad de expresión se debe ser riguroso también con algunos periodistas y medios que en ocasiones abusan y se convierten en sicarios periodísticos al servicio del poder político o tienen mucho valor para tornarse en defensores de gobernadores y ex gobernadores como ocurre con varios casos dados a conocer por la Fundalex, como en Quintana Roo.
“Los medios y periodistas debemos estar dentro del sistema democrático y estar bajo el escrutinio público; no podemos pedir prebendas y canonjías mientras nosotros no cumplamos con ese papel que tenemos asignado. Los periodistas no somos un cuarto poder, somos un contrapoder y debemos ser unos centinelas de la nación, denunciando siempre los abusos del poder o irregularidades que se cometan, en aras de la democracia”, sentenció el escritor y periodista.
Al respecto, el maestro en Derecho y diplomático Humberto Hernández Haddad, presidente de la Comisión Jurídica de la Fundalex recordó que el papel del periodismo debe ser al servicio de la sociedad, ya que su esencia es la de ser una contraloría social para frenar precisamente los abusos del poder político.
La libertad de expresión es la llave que abre el ejercicio concurrente de todos los demás derechos; si un ser humano no tiene la libertad de pensar y expresarse, tiene perdidos todos los demás derechos. Es a partir de la capacidad de ejercer la libertad de pensamiento, una libertad de expresión, como los seres humanos pueden articular un catálogo de demandas culturales, económicas, sociales, religiosas, etc., y hasta el infinito, disertó Hernández Haddad.
Es conveniente recordar que la libertad de expresión está pasando a ser el termómetro que permite ir calculando la distancia o el funcionamiento eficiente del estado o la aparición de instituciones deficientes que conduce tarde o temprano al estado fallido, dijo el jurista, a la vez que alertó, sobre el peligro de que otros derechos fundamentales “pronto serán conculcados” por lo que la defensa de la libertad de expresión es “una defensa de los intereses vitales de la colectividad nacional, cuya personalidad jurídica somos todos y se llama Estado mexicano”.
Precisamente, en su participación para abrir el evento, Marco Antonio Núñez Valencia, presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) de la UdeG, lamentó que pese a ser Jalisco una entidad pionera en la transparencia y derecho a la información, recientemente una lamentable reforma la limitó y otorga facultades a la entidad obligada a brindarla, a decidir si se reserva el derecho a no de entregarla.
O en su caso, “si un ciudadano revela información considerada por las instituciones como reservada, puede incluso ser penado con cárcel. Esto, sin duda, es un nuevo atentado a la libertad de expresión y a nuestro derecho a saber qué hacen nuestros gobernantes, cómo lo hacen y por qué lo hacen; es una atentado a nuestro derecho a vigilar las decisiones públicas y se abre la puerta a la intimidación y a la cerrazón e inhibe la crítica”, expuso.
Finalmente, la investigadora Karla Valenzuela leyó una ponencia del investigador Ernesto Villanueva, donde recordó que a diferencia de los estados autoritarios, en los países democráticos es un deber ético del periodista brindar información veraz, exacta, equilibrada y completa, que permita a los habitantes tener la información a plenitud y poder ejercer su ciudadanía, que es base del funcionamiento de una democracia.
Los integrantes del panel hicieron también un llamado a los alumnos y funcionarios de la Universidad de Guadalajara a unirse en una cruzada para proteger la libertad de expresión desde las mismas aulas y hacer de ésta una práctica cotidiana que poco a poco permee en la comunidad.