En un periódico
local ha sido publicada en portada, en nota acreditada a la Redacción, la
primera pista: una mordida en el cuello de la corresponsal de Proceso, Regina
Martínez, asesinada el sábado 28 de abril del año en curso.
Y a partir de la
mordida, los expertos han seguido la pista.
Por eso es que a
varios trabajadores de la información de Xalapa, citados a comparecer, les han
tomado una placa de su dentadura para cotejarla con la marca hallada en
el cuello de la víctima.
Incluso, hablan ya
de que el crimen tuvo su origen en una cuestión pasional, y/o en todo caso,
“motivaciones personales”.
Es decir, nada que
ver con el ejercicio reporteril en un Veracruz decretado por las ongs
Reporteros Sin Fronteras, Artículo 19 y el Comité de Protección a Periodistas
de Estados Unidos como la región más peligrosa y riesgosa del mundo para el
trabajo periodístico.
Es más, se habla de
que el presunto homicida ya fue identificado y una nube de policías, agentes y
detectives siguen la huella.