En el estado de Veracruz un total de 72 mil familias sufrieron los estragos del huracán Karl que azotó al puerto el pasado 17 de septiembre. Así lo informó el secretario de Desarrollo Social (Sedesol), Heriberto Félix durante la ceremonia de clausura del XXI Convención Nacional de la Cámara Nacional de Vivienda.
“Algunas sólo requerirán pintura, pero hay algunas que necesitarán reconstruirse y en miles será necesario reubicarlas porque están en zonas de alto riesgo”, dijo ante empresarios constructores de vivienda, funcionarios federales del sector así como legisladores federales.
“Lo que nos ha pasado hoy nos deja al desnudo y al descubierto; no hemos hecho nada con cientos de miles de casas en asentamientos irregulares, otras más que no sé cómo les dieron permisos para construir en lechos de lagos y ríos.
Por ejemplo en Veracruz se hizo una laguna equivalente a cuatro lagos de Chapultepec. Se inundaron 22 mil casas donde las familias lo perdieron todo: muebles, ropa, el valor de sus propiedades, y se quedan con la incertidumbre”, detalló Félix.
El funcionario federal estimó que tan sólo ese caso “nos puede costar de 14 a 15 mil millones de pesos (mdp) reubicarlas.
No hay dinero que alcance si no vamos para resolver el problema. Llegar a acuerdos importantes porque esta situación es ya un tema de humanidad”, señaló.
El funcionario planteó a los presentes formar un grupo de trabajo que en los próximos 15 días propusiera “cerrar la llave” a esta situación.
Puso de ejemplo lo que sucede en Tamaulipas, donde ya es delito tipificado dar permisos de construcción en zonas de riesgo. Señaló que será necesario revisar el actual mapa de riesgos del país porque luego de las inundaciones los ríos volvieron a cauces que hace años no ocupaban.
En ese sentido enumeró tres propuestas: “cerrar la llave, es la medida punitiva; establecer institutos de atención urbana en las principales ciudades del país con recursos del programa hábitat y, por último, no dar un peso a programas que beneficien a comunidades que son asentamientos irregulares o que estén ubicadas en zonas de alto riesgo”.
Matizó que se trata de que la gente busque construir su casa en otros lados donde no sea tan caro “rescatarlos cada año”.
Además propuso la creación de un programa coordinado por la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi) para reubicaciones de asentamientos humanos en zonas de alto riego.
“Será necesario en el futuro construir fraccionamientos muy rápido para poder instrumentar un programa de tales alcances; todo el presupuesto de Conavi se irá a reubicaciones, si no hacemos un programa que resuelva el problema de forma anticipada.
Sería importante que desde algunos legisladores analicen dar más presupuesto para este tema específico, además de reconstrucción, para empezar a corregir esta problemática”, propuso.
Señaló que además de este apoyo, en el presupuesto federal debería considerarse un monto adicional para algunas obras de infraestructura preventivas debido a que el atlas de riesgos de la República Mexicana ya no está vigente debido al cambio climático.
“Si logramos este apoyo, que signifique también bordos de protección, dragados de ríos entre muchas otras cosas; pero de nada serviría esto si no cerramos la llave, si la gente que dejó esas casas en zonas de riesgo fueran habitadas por otras familias”.
De cuerdo a cifras de Fonahpo, 150 mil familias cada año se mudan a diversas ciudades del país y toda esta migración se asienta en la periferia de las metrópolis lo que propicia asentamientos irregulares y pobreza urbana; esto aún y con programas de Sedesol que cuentan con presupuestos millonarios para evitar esta situación.