Las ladies del Congreso de Veracruz

*EL PALACIO LEGISLATIVO, PASARELA DE EDECANES Y DIPUTADAS AL ÚLTIMO GRITO DE LA MODA*ENTRE VESTIDOS DE ALTA COSTURA, PERFUMES DE DISEÑADOR Y ZAPATOS DE TACÓN ALTO, LEGISLADORAS Y EDECANES DISPUTAN MIRADAS LASCIVAS, PIROPOS Y COQUETEOS DE DIPUTADOS, DIRECTIVOS DEL CONGRESO DE VERACRUZ Y REPORTEROS

Son los cromos del Congreso local. Una decena de edecanes que trabajan bajo la categoría de empleados de confianza y cinco diputadas locales son “Las ladies del Congreso de Veracruz”, quienes aderezan las soporíferas sesiones ordinarias, levantan el ánimo y los suspiros del sector masculino en las sesiones extraordinarias y entre ellas existe una férrea competencia por ser la más admirada.

En el salón de plenos las guapas del Congreso son rápidamente identificables, Ainara Rementería Coello, diputada local por Veracruz urbano e hija del exalcalde porteño, Jon Rementería Sempe; Paulina Muguira Marenco, diputada por Córdoba y esposa del exalcalde de esa ciudad, Juan Lavín; Karime Aguilera Guzmán, legisladora por La Antigua y de creación política del exmandatario, Fidel Herrera Beltrán.

Además de Brenda Abigail Reyes Aguirre, diputada surgida del PRD y hoy entregada al PRI e Isela González, diputada local por Cosoleacaque, fallida aspirante a la diputación federal 2012 por ese mismo distrito.

Estas diputadas visten al último grito de la moda. A más de un año de haber arribado al Congreso local ya se acostumbraron al aparato mediático y a los “flashazos” de las cámaras. Sonríen a los fotógrafos, posan, entre ellas se abrazan y guiñan al obturador.

Suben o bajan lentamente las escalinatas del Congreso para dar a los paparazzis del Palacio Legislativo el tiempo suficiente para tomar sus placas, incluso sugieren a los reporteros qué foto publicar.

Vestidos ceñidos, calzan enormes zapatillas con tacones de hasta 13 centímetros, usan pantalones talla 5 y 7, blusas de seda o semitransparentes, pantalones y faldas largas compradas en las tiendas más exclusivas de La Condesa y Avenida Presidente Masaryk, Polanco, en la Ciudad de México.

En su caminar por las instalaciones sudan Channel número cinco, Bvlgari, Burberry y Marc Jacobs, incluso los mismos empleados del Congreso aseguran que algunas legisladoras ya se dieron una “hojaleteada” quirúrgica para corregir algunas imperfecciones; una nueva versión de “plástico” como inmortalizara ese prototipo el “Poeta del pueblo”, el panameño Rubén Blades.

“Ella era una chica plástica de esas que veo por ahí. De esas que cuando se agitan sudan Channel number three. Que sueñan casarse con un doctor, pues él puede mantenerlas mejor. No le hablan a nadie si no es su igual, a menos que sea un fulano de tal. Son lindas delgadas de buen vestir. De mirada esquiva y falso reír…” dice la primera estrofa de la canción del maestro Blades.

Por el lado de las edecanes, son inseparables de sus diputados locales, los siguen como abejas a la miel, no se despegan de ellos ni para estornudar, al pie del cañón, aguantan estoicas todas y cada una de las sesiones ordinarias como afroditas en guerra.

Sus funciones son básicas, cargar la Gaceta Legislativa, el Ipad o tablet, contestar el nextel o BlackBerry del diputado cuando no quiere tomar él personalmente la llamada, adornarle el caminado por todo el Congreso local, llevar el vaso de agua o la Coca Cola por si el diputado está deshidratado y hasta meter la grabadora de voz, cuando los empleados de Comunicación Social se distraen y el legislador es entrevistado y no hay nadie que tenga el testigo electrónico.

La reina de estas edecanes es la que acompaña a todos lados al presidente de la Junta de Coordinación Política, Jorge Carvallo Delfín, una gacelita de fuego, de piel morena, réplica fiel de La Malinche, pero delgada, estética y espigada, con un cuerpo atlético, gustosa de vestidos ceñidos y parar el tráfico sobre la avenida Encanto cuando sale del Congreso.

El Presidente del Congreso Local, Eduardo Andrade Sánchez, no podía conformarse con menos. Una mujer de hermosas facciones lo sigue a todos lados, de vestir elegante y discreto, la edecán lo acompaña a las conferencias magistrales que luego da Andrade Sánchez, también graba sus entrevistas colectivas y lo apoya cargando los múltiples folders y papeles legislativos.

La nómina para pagar el salario de estás muñequitas emana del erario público. De acuerdo con el exsecretario de Presupuesto del Congreso Local, Ricardo Calleja y Arroyo, -legislador que ya renunció a la curul para irse a la aventura de la diputación federal- cada Presidente de Comisión del Congreso de Veracruz tiene derecho a una partida presupuestal de 40 mil pesos.

Con 40 mil pesos, independientes de la dieta mensual de 58 mil pesos de los diputados, más los 12 mil pesos para viáticos y gastos de representación en los distritos, los diputados pagan a sus empleados de confianza, secretarias, asesores y, ¿por qué no?, una edecán para adornar los pasillos del Palacio Legislativo.

Con casi medio millón de pesos extra que tiene cada uno los 38 presidentes de comisión al año pagan a las edecanes. En el Poder Legislativo hay 35 comisiones normales y tres especiales: la Comisión Especial para el Fomento al Empleo y Productividad, Comisión Especial para la Agroindustria y la Comisión Especial para la Reconstrucción de las Zonas Devastadas.

Con ese recurso, además de las edecanes, pagan sus secretarias, sus propios fotógrafos, sus choferes, las edecanes y otros gastos insoslayables que se pudieran ofrecer.

Extraoficialmente se sabe que las “guapas” del congreso local se llevan entre nueve mil y quince mil pesos al mes, dependiendo lo espléndido que a título personal sea cada diputado.

José Murad Loutfe Hetty, diputado local por Coatzacoalcos y empresario del sur, también tiene su inseparable edecán multifuncional, lo mismo va a un evento en calidad de “avanzada”, “representación” o para sondear si el acto protocolario vale la pena tenga que hacer acto de presencia.

Danilo Alvízar Guerrero, coordinador de los diputados locales del PAN, no podría ser menos que sus compañeros del PRI y también trae un cromo de mujer, alta, de carnes generosas, de finas facciones y quien le lleva papelería, su agenda personal y resuelve algunas reuniones del diputado panista.

Otros legisladores como Ulises Valdivia, Fernando Yunes Márquez, Ernesto Callejas, entre otros, también jalan a guapas muchachas dentro de su séquito personal de trabajo.

En estos grupos numerosos de trabajadores del Congreso, diputados como Eduardo Andrade y Jorge Carvallo Delfín se llevan las palmas. Previa a la sesión ordinaria, cuando salen de la Sala Venustiano Carranza o de su curul, se hacen acompañar de más de media docena de empleados, entre secretarios, edecanes y el reportero de comunicación social que los sigue a sol y sombra, pues son los dos hombres fuertes que le ponen marcaje personal la oficina de prensa de Mario Lozano Carbonell.

Es el Congreso de Veracruz en donde cinco legisladoras y una decena de edecanes disputan las miradas lascivas, los piropos y los coqueteos de los propios diputados, directivos del Congreso de Veracruz y reporteros.