El camino por una curul en el Senado de la República es una lucha entre los correligionarios y oponentes de otros partidos, por lo que hay que saber quiénes han estado y quiénes aspiran a ser parte de la Cámara Alta
Por Juan Manuel Coronel / Luces del Siglo (*)
Cancún, Q. Roo., a 1 de febrero de 2012.- Las aguas en Quintana Roo se vuelven turbias con la inminencia de la lucha por el Poder Legislativo. Ahora, los partidos políticos de la entidad (PRI, PAN y PRD) buscan ubicar a candidatos fuertes para competir en votación directa para que les garanticen una curul de la máxima tribuna de la nación, sin embargo, sus abanderados cargan con señalamientos de enriquecimiento ilícito, malos manejos en el erario público y vínculos con la delincuencia. La pregunta de la ciudadanía queda en el aire: ¿en quién confiar?
A pesar de haberse firmado un acuerdo nacional, en el cual se compromete a vigilar a que todos los precandidatos estén limpios de vínculos con el crimen organizado y de acusaciones de enriquecimiento ilícito o actos ilegales, el tricolor del estado atendió poco el llamado con las designaciones de los cuadros que irán por la primera y segunda fórmula para el Senado.
El “Niño Verde”, Jorge Emilio González, quien se ha visto involucrado en diferentes actos de corrupción y de impunidad precisamente en el Caribe mexicano, el último de ellos relacionado con la muerte de una mujer de origen búlgaro que se cayó del balcón del departamento de la Torre Emerald en Cancún, presuntamente de su propiedad y en el que las versiones de algunos vecinos indican que la mujer resbaló cuando trató de pasar de un balcón a otro en su intento por escapar del acoso sexual de Jorge Emilio y dos amigos más que forzaron la chapa de la puerta donde ella se encontraba descansando.
En Quintana Roo, el “Niño Verde” es un completo desconocido, no tiene arraigo y su imagen en Cancún es la de un chavo reventado que se la vive en fiestas, de escándalo en escándalo. El día de su registro, el martes 24 de este mes, no supo qué responder cuando se le preguntó si conocía la Región 100, donde en los próximos meses habrá de invitar a sus habitantes a que voten por él. El “Niño Verde” se transformó en rojo y no supo qué decir.
Para la segunda fórmula del PRI se registró el ex gobernador Félix González Canto, sobre quien también existen señalamientos de haberse enriquecido a manos llenas y de seguir controlando desde el gobierno local varios negocios familiares y de grupo, además de haber dejado al estado hundido en una deuda de más de 10 mil millones de pesos. El más reciente capítulo de este negro historial es la denuncia de su correligionario y ex gobernador, Mario Villanueva Madrid, a quien defraudaron en la compraventa de un terreno en Isla Blanca, en 40 millones de dólares.
Por otro lado, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) lucha por rescatar la imagen de Gregorio Sánchez Martínez, “Greg”, quien después de su salida de la cárcel y su reincorporación a la política, trata de cimbrar las estructuras del partido que estaban en manos del presidente municipal de Benito Juárez, Julián Ricalde Magaña.
Ahora regresan los señalamientos de su declaración patrimonial realizada en 2008, en la cual confirma tener propiedades y negocios que superan los mil millones de pesos, según acusó el periodista David Romero Vara, en su columna La Conjura del periódico El Quequi.
A esto se debe aunar el enfrentamiento de Gregorio Sánchez con su correligionario del PRD, el presidente municipal de Benito Juárez, Julián Ricalde. Ahora su conflicto es en todos los resquicios del partido y el edil municipal trata de evitar la victoria de Gregorio Sánchez, culpándolo de la delicada situación financiera por la que atraviesa el Ayuntamiento.
Entre los perredistas corrió la versión de que, en forma de amague, el presidente municipal pidió la renuncia de la presidenta del PRD municipal, Aidé Saldaña, debido a que se negó a prestarse para atacar a Gregorio Sánchez. A cambio de su nuevo puesto, como directora de Relaciones Públicas, la perredista entregó el control del partido antes de que el Consejo Municipal la obligara.
Aun así, el PRD es el que cuenta con el mayor número de precandidatos para la Senaduría, entre ellos Luz María Beristáin, Latifa Muza Simón, Beatriz García Villanueva y Raúl Arjona.
En el PAN las cosas también se complicaron con la salida de “Greg” de la cárcel. Sin él en la competencia, el panorama se veía fácil para Alicia Ricalde Magaña y Mercedes Hernández, ambas aspirantes a la senaduría. Pero con “Greg” dentro de la competencia, las cosas cambiaron y ambas declinaron, por lo que al momento la candidatura está desierta.
Sólo, a manera de rumor, ha trascendido que el diputado federal Gustavo Ortega Joaquín podría entrarle a la contienda. Por si sí o por si no, también ya empezaron a salirle sus trapitos al sol, recordándole presuntos desfalcos durante su administración en la presidencial municipal de Cozumel.
Según el presidente estatal, Sergio Bolio, el atraso en la designación es una estrategia. Por lo pronto, todo indica que el humo blanco tendrá que salir del Comité Ejecutivo Nacional del PAN.
Senadores de 2006
Los tres senadores por Quintana Roo ven con beneplácito el haber ostentado el cargo después de ser parte de la lucha electoral del 2006. En la votación de 2006, el priísta Pedro Joaquín Coldwell ganó con 143 mil 389 votos la primera mayoría, fue acompañado en fórmula por Ludivina Menchaca Castellanos, del Partido Verde Ecologista. Por su parte, José Luis García Zalvidea entró a la senaduría por concepto de primera minoría, quien era secundado por Gregorio Sánchez Martínez. Su votación en las urnas fue de 113 mil votos de un universo de 378 mil 520 ciudadanos en los tres distritos electorales.
La LXI Legislatura del Senado está conformada por 52 curules del PAN, 33 del PRI, 26 del PRD, del PVEM, 6 para Convergencia, 5 del PT y un senador independiente. Tan sólo 23 son mujeres y la media de edad de los senadores es de 46 a 50 años.
El senador por el PRD, José Luis García Zalvidea, asegura que fue un reto para él entrar en la política para suplir a su hermano, Juan Ignacio García Zalvidea, el “Chacho”, quien era titular de la fórmula y fue encarcelado durante la campaña.
El perredista ha impulsado diversas iniciativas como integrante de la Comisión de Derechos Humanos y ha participado en la salvaguarda de los derechos de los internos de las cárceles en el estado.
Participó en la reforma en materia de Derechos Humanos, en la cual se elevan a rango constitucional estos derechos protegidos por los tratados internacionales y ratificados por
México, y se establece la obligación de todas las autoridades de prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a estas garantías.
De igual forma, participó en la reforma a la Ley Federal de Migración, en la cual, se estipula que los migrantes centroamericanos deben tener certezas jurídicas al cruzar el país, así como permisos temporales otorgados por el Instituto Nacional de Migración para que puedan viajar por el país.
El senador del PRD considera que uno de los tragos amargos en su trabajo legislativo fue que no pudo evitar con su voto el que se aprobara en la Constitución la figura del arraigo.
Pedro Joaquín Coldwell, como presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales del Senado, promovió la figura de revocación de mandato del presidente y de todos los servidores públicos electos que no cumplan con sus promesas y actividades al frente del cargo. Su principal logro legislativo fue lograr la aprobación de las reformas constitucionales que permiten a los ciudadanos ampararse de manera individual y colectiva contra actos u omisiones del Estado.
Por su parte, Ludivina Menchaca ha presentado iniciativas para imponer penas más duras a quienes realicen operaciones de compra-venta o uso en actividades productivas de recursos forestales, fomenten la tala clandestina y se beneficien al obtener materias primas a un precio menor que los provenientes de aprovechamientos legales. De igual forma, es impulsora de iniciativas para reformar el Código Penal Federal y la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada para combatir el lavado de dinero en precampañas electorales.
El camino al Senado
Según la Constitución de 1917, los senadores son los representantes de la nación y sus facultades son aprobar o desaprobar iniciativas de ley, llamar a comparecencia a funcionarios públicos, organizar foros académicos, aprobar o desaprobar embajadores en el caso de la Comisión de Relaciones Exteriores, aprobar o desaprobar nombramientos de ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y al Procurador General de la República.
Los requisitos para ser senador son: ser ciudadano mexicano por nacimiento, tener 25 años cumplidos el día de la elección, ser originario del estado en que se haga la elección con residencia efectiva de más de seis meses anteriores a la fecha de la elección, no estar de servicio activo en el Ejército o tener mando de policía o gendarmería rural, cuando menos, 90 días antes de la elección, no ser secretario o subsecretario de Estado, o ministro de la Suprema Corte de Justicia, a menos que se separe definitivamente del cargo un año antes de la elección en el caso de los primeros o de dos en el de los ministros. Por último, no ser ministro de algún culto religioso.
La Cámara de Senadores está integrada por 128 miembros, electos mediante sufragio popular directo y secreto en cada estado de la República. Cada uno de los 31 estados y el Distrito
Federal eligen a dos, otro senador más se le otorga a cada entidad por el concepto denominado primera minoría. Cada partido político registra una fórmula de candidatos compuesta por dos propietarios y sus correspondientes suplentes, lo cual, se denomina fórmula.
La fórmula de candidatos que obtiene el mayor número de votos es electa completa, convirtiéndose en los dos primeros senadores de la entidad. La tercera senaduría es otorgada
al candidato de Primera Fórmula del partido político que obtuvo el segundo lugar de votos o primera minoría.
El Senado de la República había permanecido intacto durante las reformas políticas claves para el país como lo fue la de 1977, con la cual, se cambió la configuración de la Cámara de Diputados y se permitió la entrada de nuevos partidos políticos. Sin embargo, con la inercia de la pluralidad electoral en las últimas dos décadas, en 1993 se aprobó la reforma para duplicar su tamaño, de 64 legisladores pasó a 128 y se adaptó a la fórmula mixta, basada en el sistema electoral mayoritario.
Se estableció que cada uno de los 31 estados y el Distrito Federal eligen a cuatro legisladores, con el proceso de tener a los senadores divididos en primera y segunda mayoría se logró garantizar que, al menos, 32 senadores, es decir la cuarta parte, serían reservados para partidos de oposición.
Quintana Roo y sus senadores
El estado de Quintana Roo comenzó su historia en la Cámara Alta en la XLIX Legislatura de 1973, y los primeros senadores por el estado fueron José Ascencio Navarrete y Felipe Amaro Santana, quién fue también presidente municipal de Benito Juárez en la misma década.
A la fecha ha tenido 28 políticos en la Cámara de Senadores, entre los cuales se encuentran figuras emblemáticas para la vida del estado, como son los ex gobernadores Miguel Borge Martín y Mario
Villanueva Madrid, o José Blanco Peyrefitte, quien era hijo de Othón P. Blanco, el fundador de la ciudad de Chetumal.
También en el senado estuvo, en 1988 María Cristina Sangri Aguilar, la primera mujer electa presidenta municipal en Quintana Roo en el municipio de Othón P. Blanco. En 1994 Jorge Polanco Zapata, fundador del partido Convergencia en Quintana Roo y quien ha sido funcionario de varios gobiernos estatales.
En esa misma legislatura, Quintana Roo enfrentó la fatalidad al perder a un senador y a su suplente, dejando abandonada la curul por todo el periodo legislativo debido a que no existe un mecanismo legal para que el puesto sea ocupado. El senador electo por Quintana Roo, Enrique
Hernández Quinto, representó el primer escaño, ganado por el Partido Acción Nacional y llegó a la Cámara Alta como representante de primera minoría, pero falleció a finales de septiembre de 1996.
El primero de octubre ocupó su lugar su suplente, Raúl Durán Reveles, familiar del ex alcalde de Naucalpan, José Luis Durán Reveles. Sólo a tres meses de haber sido nombrado senador, Raúl Durán Reveles murió después de una operación, dejando vacante el puesto.
Añoranzas del senador
Cuando Felipe Amaro Santana llegó a la senaduría por Quintana Roo, Luis Echeverría era el presidente de México, era el momento de la hegemonía del PRI y, por eso, de los 64 legisladores, todos eran del tricolor.
“En esa época, el PRI reinaba, aunque parezca una paradoja, la forma de elegir a un candidato era muy superior que ahora. Hoy gente sin experiencia llega al Senado, ya no hay la búsqueda de un perfil de muchos méritos y no con respecto a las cuotas. Antes había competencia pese a que no teníamos oposición”, asegura Felipe Amaro Santana.
En su momento, para ser candidato a senador por el PRI había que pasar varios filtros, primero era el Comité Nacional, después una asamblea del partido, en donde los políticos que aspiraban tenían que negociar la candidatura.
Felipe Amaro explica que el presupuesto para la campaña la daba el gobernador bajo del agua a quienes él quisiera imponer en la Cámara Alta, pero si el gobernador no lo apoyaba, no se le daba un peso y ellos tendrían que buscar con su propio dinero.
“Yo entré al Senado como parte de un cuadro político que había trabajado durante varios años como dirigente estudiantil, dirigente sindical y otros cargos. En la elección fuimos candidatos únicos, pero aun así hicimos campaña, sólo fueron 10 días en los que recorrimos todo el estado. Muchos creen que el presidente mandaba una iniciativa y nosotros la aprobábamos con los ojos cerrados, eso no pasó y yo lo viví en muchas leyes difíciles, como fue la Ley Contra el Crimen Organizado, y que se discutían con mucha fuerza”.
Cancún, Q. Roo., a 1 de febrero de 2012.- Las aguas en Quintana Roo se vuelven turbias con la inminencia de la lucha por el Poder Legislativo. Ahora, los partidos políticos de la entidad (PRI, PAN y PRD) buscan ubicar a candidatos fuertes para competir en votación directa para que les garanticen una curul de la máxima tribuna de la nación, sin embargo, sus abanderados cargan con señalamientos de enriquecimiento ilícito, malos manejos en el erario público y vínculos con la delincuencia. La pregunta de la ciudadanía queda en el aire: ¿en quién confiar?
A pesar de haberse firmado un acuerdo nacional, en el cual se compromete a vigilar a que todos los precandidatos estén limpios de vínculos con el crimen organizado y de acusaciones de enriquecimiento ilícito o actos ilegales, el tricolor del estado atendió poco el llamado con las designaciones de los cuadros que irán por la primera y segunda fórmula para el Senado.
El “Niño Verde”, Jorge Emilio González, quien se ha visto involucrado en diferentes actos de corrupción y de impunidad precisamente en el Caribe mexicano, el último de ellos relacionado con la muerte de una mujer de origen búlgaro que se cayó del balcón del departamento de la Torre Emerald en Cancún, presuntamente de su propiedad y en el que las versiones de algunos vecinos indican que la mujer resbaló cuando trató de pasar de un balcón a otro en su intento por escapar del acoso sexual de Jorge Emilio y dos amigos más que forzaron la chapa de la puerta donde ella se encontraba descansando.
En Quintana Roo, el “Niño Verde” es un completo desconocido, no tiene arraigo y su imagen en Cancún es la de un chavo reventado que se la vive en fiestas, de escándalo en escándalo. El día de su registro, el martes 24 de este mes, no supo qué responder cuando se le preguntó si conocía la Región 100, donde en los próximos meses habrá de invitar a sus habitantes a que voten por él. El “Niño Verde” se transformó en rojo y no supo qué decir.
Para la segunda fórmula del PRI se registró el ex gobernador Félix González Canto, sobre quien también existen señalamientos de haberse enriquecido a manos llenas y de seguir controlando desde el gobierno local varios negocios familiares y de grupo, además de haber dejado al estado hundido en una deuda de más de 10 mil millones de pesos. El más reciente capítulo de este negro historial es la denuncia de su correligionario y ex gobernador, Mario Villanueva Madrid, a quien defraudaron en la compraventa de un terreno en Isla Blanca, en 40 millones de dólares.
Por otro lado, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) lucha por rescatar la imagen de Gregorio Sánchez Martínez, “Greg”, quien después de su salida de la cárcel y su reincorporación a la política, trata de cimbrar las estructuras del partido que estaban en manos del presidente municipal de Benito Juárez, Julián Ricalde Magaña.
Ahora regresan los señalamientos de su declaración patrimonial realizada en 2008, en la cual confirma tener propiedades y negocios que superan los mil millones de pesos, según acusó el periodista David Romero Vara, en su columna La Conjura del periódico El Quequi.
A esto se debe aunar el enfrentamiento de Gregorio Sánchez con su correligionario del PRD, el presidente municipal de Benito Juárez, Julián Ricalde. Ahora su conflicto es en todos los resquicios del partido y el edil municipal trata de evitar la victoria de Gregorio Sánchez, culpándolo de la delicada situación financiera por la que atraviesa el Ayuntamiento.
Entre los perredistas corrió la versión de que, en forma de amague, el presidente municipal pidió la renuncia de la presidenta del PRD municipal, Aidé Saldaña, debido a que se negó a prestarse para atacar a Gregorio Sánchez. A cambio de su nuevo puesto, como directora de Relaciones Públicas, la perredista entregó el control del partido antes de que el Consejo Municipal la obligara.
Aun así, el PRD es el que cuenta con el mayor número de precandidatos para la Senaduría, entre ellos Luz María Beristáin, Latifa Muza Simón, Beatriz García Villanueva y Raúl Arjona.
En el PAN las cosas también se complicaron con la salida de “Greg” de la cárcel. Sin él en la competencia, el panorama se veía fácil para Alicia Ricalde Magaña y Mercedes Hernández, ambas aspirantes a la senaduría. Pero con “Greg” dentro de la competencia, las cosas cambiaron y ambas declinaron, por lo que al momento la candidatura está desierta.
Sólo, a manera de rumor, ha trascendido que el diputado federal Gustavo Ortega Joaquín podría entrarle a la contienda. Por si sí o por si no, también ya empezaron a salirle sus trapitos al sol, recordándole presuntos desfalcos durante su administración en la presidencial municipal de Cozumel.
Según el presidente estatal, Sergio Bolio, el atraso en la designación es una estrategia. Por lo pronto, todo indica que el humo blanco tendrá que salir del Comité Ejecutivo Nacional del PAN.
Senadores de 2006
Los tres senadores por Quintana Roo ven con beneplácito el haber ostentado el cargo después de ser parte de la lucha electoral del 2006. En la votación de 2006, el priísta Pedro Joaquín Coldwell ganó con 143 mil 389 votos la primera mayoría, fue acompañado en fórmula por Ludivina Menchaca Castellanos, del Partido Verde Ecologista. Por su parte, José Luis García Zalvidea entró a la senaduría por concepto de primera minoría, quien era secundado por Gregorio Sánchez Martínez. Su votación en las urnas fue de 113 mil votos de un universo de 378 mil 520 ciudadanos en los tres distritos electorales.
La LXI Legislatura del Senado está conformada por 52 curules del PAN, 33 del PRI, 26 del PRD, del PVEM, 6 para Convergencia, 5 del PT y un senador independiente. Tan sólo 23 son mujeres y la media de edad de los senadores es de 46 a 50 años.
El senador por el PRD, José Luis García Zalvidea, asegura que fue un reto para él entrar en la política para suplir a su hermano, Juan Ignacio García Zalvidea, el “Chacho”, quien era titular de la fórmula y fue encarcelado durante la campaña.
El perredista ha impulsado diversas iniciativas como integrante de la Comisión de Derechos Humanos y ha participado en la salvaguarda de los derechos de los internos de las cárceles en el estado.
Participó en la reforma en materia de Derechos Humanos, en la cual se elevan a rango constitucional estos derechos protegidos por los tratados internacionales y ratificados por
México, y se establece la obligación de todas las autoridades de prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a estas garantías.
De igual forma, participó en la reforma a la Ley Federal de Migración, en la cual, se estipula que los migrantes centroamericanos deben tener certezas jurídicas al cruzar el país, así como permisos temporales otorgados por el Instituto Nacional de Migración para que puedan viajar por el país.
El senador del PRD considera que uno de los tragos amargos en su trabajo legislativo fue que no pudo evitar con su voto el que se aprobara en la Constitución la figura del arraigo.
Pedro Joaquín Coldwell, como presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales del Senado, promovió la figura de revocación de mandato del presidente y de todos los servidores públicos electos que no cumplan con sus promesas y actividades al frente del cargo. Su principal logro legislativo fue lograr la aprobación de las reformas constitucionales que permiten a los ciudadanos ampararse de manera individual y colectiva contra actos u omisiones del Estado.
Por su parte, Ludivina Menchaca ha presentado iniciativas para imponer penas más duras a quienes realicen operaciones de compra-venta o uso en actividades productivas de recursos forestales, fomenten la tala clandestina y se beneficien al obtener materias primas a un precio menor que los provenientes de aprovechamientos legales. De igual forma, es impulsora de iniciativas para reformar el Código Penal Federal y la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada para combatir el lavado de dinero en precampañas electorales.
El camino al Senado
Según la Constitución de 1917, los senadores son los representantes de la nación y sus facultades son aprobar o desaprobar iniciativas de ley, llamar a comparecencia a funcionarios públicos, organizar foros académicos, aprobar o desaprobar embajadores en el caso de la Comisión de Relaciones Exteriores, aprobar o desaprobar nombramientos de ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y al Procurador General de la República.
Los requisitos para ser senador son: ser ciudadano mexicano por nacimiento, tener 25 años cumplidos el día de la elección, ser originario del estado en que se haga la elección con residencia efectiva de más de seis meses anteriores a la fecha de la elección, no estar de servicio activo en el Ejército o tener mando de policía o gendarmería rural, cuando menos, 90 días antes de la elección, no ser secretario o subsecretario de Estado, o ministro de la Suprema Corte de Justicia, a menos que se separe definitivamente del cargo un año antes de la elección en el caso de los primeros o de dos en el de los ministros. Por último, no ser ministro de algún culto religioso.
La Cámara de Senadores está integrada por 128 miembros, electos mediante sufragio popular directo y secreto en cada estado de la República. Cada uno de los 31 estados y el Distrito
Federal eligen a dos, otro senador más se le otorga a cada entidad por el concepto denominado primera minoría. Cada partido político registra una fórmula de candidatos compuesta por dos propietarios y sus correspondientes suplentes, lo cual, se denomina fórmula.
La fórmula de candidatos que obtiene el mayor número de votos es electa completa, convirtiéndose en los dos primeros senadores de la entidad. La tercera senaduría es otorgada
al candidato de Primera Fórmula del partido político que obtuvo el segundo lugar de votos o primera minoría.
El Senado de la República había permanecido intacto durante las reformas políticas claves para el país como lo fue la de 1977, con la cual, se cambió la configuración de la Cámara de Diputados y se permitió la entrada de nuevos partidos políticos. Sin embargo, con la inercia de la pluralidad electoral en las últimas dos décadas, en 1993 se aprobó la reforma para duplicar su tamaño, de 64 legisladores pasó a 128 y se adaptó a la fórmula mixta, basada en el sistema electoral mayoritario.
Se estableció que cada uno de los 31 estados y el Distrito Federal eligen a cuatro legisladores, con el proceso de tener a los senadores divididos en primera y segunda mayoría se logró garantizar que, al menos, 32 senadores, es decir la cuarta parte, serían reservados para partidos de oposición.
Quintana Roo y sus senadores
El estado de Quintana Roo comenzó su historia en la Cámara Alta en la XLIX Legislatura de 1973, y los primeros senadores por el estado fueron José Ascencio Navarrete y Felipe Amaro Santana, quién fue también presidente municipal de Benito Juárez en la misma década.
A la fecha ha tenido 28 políticos en la Cámara de Senadores, entre los cuales se encuentran figuras emblemáticas para la vida del estado, como son los ex gobernadores Miguel Borge Martín y Mario
Villanueva Madrid, o José Blanco Peyrefitte, quien era hijo de Othón P. Blanco, el fundador de la ciudad de Chetumal.
También en el senado estuvo, en 1988 María Cristina Sangri Aguilar, la primera mujer electa presidenta municipal en Quintana Roo en el municipio de Othón P. Blanco. En 1994 Jorge Polanco Zapata, fundador del partido Convergencia en Quintana Roo y quien ha sido funcionario de varios gobiernos estatales.
En esa misma legislatura, Quintana Roo enfrentó la fatalidad al perder a un senador y a su suplente, dejando abandonada la curul por todo el periodo legislativo debido a que no existe un mecanismo legal para que el puesto sea ocupado. El senador electo por Quintana Roo, Enrique
Hernández Quinto, representó el primer escaño, ganado por el Partido Acción Nacional y llegó a la Cámara Alta como representante de primera minoría, pero falleció a finales de septiembre de 1996.
El primero de octubre ocupó su lugar su suplente, Raúl Durán Reveles, familiar del ex alcalde de Naucalpan, José Luis Durán Reveles. Sólo a tres meses de haber sido nombrado senador, Raúl Durán Reveles murió después de una operación, dejando vacante el puesto.
Añoranzas del senador
Cuando Felipe Amaro Santana llegó a la senaduría por Quintana Roo, Luis Echeverría era el presidente de México, era el momento de la hegemonía del PRI y, por eso, de los 64 legisladores, todos eran del tricolor.
“En esa época, el PRI reinaba, aunque parezca una paradoja, la forma de elegir a un candidato era muy superior que ahora. Hoy gente sin experiencia llega al Senado, ya no hay la búsqueda de un perfil de muchos méritos y no con respecto a las cuotas. Antes había competencia pese a que no teníamos oposición”, asegura Felipe Amaro Santana.
En su momento, para ser candidato a senador por el PRI había que pasar varios filtros, primero era el Comité Nacional, después una asamblea del partido, en donde los políticos que aspiraban tenían que negociar la candidatura.
Felipe Amaro explica que el presupuesto para la campaña la daba el gobernador bajo del agua a quienes él quisiera imponer en la Cámara Alta, pero si el gobernador no lo apoyaba, no se le daba un peso y ellos tendrían que buscar con su propio dinero.
“Yo entré al Senado como parte de un cuadro político que había trabajado durante varios años como dirigente estudiantil, dirigente sindical y otros cargos. En la elección fuimos candidatos únicos, pero aun así hicimos campaña, sólo fueron 10 días en los que recorrimos todo el estado. Muchos creen que el presidente mandaba una iniciativa y nosotros la aprobábamos con los ojos cerrados, eso no pasó y yo lo viví en muchas leyes difíciles, como fue la Ley Contra el Crimen Organizado, y que se discutían con mucha fuerza”.